INTRODUCCIÓN
Si recordamos nuestra infancia y nuestra juventud, encontraremos algunos gratos recuerdos de personas que nos enseñaron algo en esos momentos y que nos han servido toda la vida: quién nos enseño a leer, nos ayudó cuando tuvimos un problema; quién nos consoló cuando tuvimos una tristeza; quién nos enseñó a hacer la primera comida; quién hizo que nos gustase la música, o la pintura, las matemáticas; quién nos contó el primer cuento, …
Ahora, nosotros tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos e hijas y en este mismo momento nos debemos hacer dos preguntas elementales:
¿Qué quiero que mis hijos recuerden de mí?,
¿Qué deseo para mis hijos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario