1. Obsérvales.
Aprende de ellos: sus interese, sus necesidades, cómo aprenden,
los recursos que de forma natural emplean.
2. Despierta
su curiosidad. Muestra lo interesante y/o lo necesario de lo
que enseñas.
3. Hazle
partícipe de esos aprendizajes. No se trata de guiarles
siempre en el aprendizaje por descubrimiento. El aprendizaje por transmisión (término
también utilizado por Ausubel) es igual de válido. Se trata de las metodologías
y el interés que nos tomemos en hacerlo.
4. Respeta el ritmo y
necesidades de cada niño/a. Si necesitan acelerar o para en lo que enseñas,
hazlo. Cada uno tiene su ritmo. La "presión" por lograr
objetivos hace que el aprendizaje solo se memorístico, sin
significado.
5. Déjale
que busque por sí mismo algunas respuestas. No se lo des todo
hecho y cerrado.
6. Respeta,
también su divergencia y creatividad en las respuestas y proceso
de aprendizaje.
7. Ten
paciencia, si no encuentra las soluciones o el camino solos; o si
parecen olvidar lo aprendido, compréndelo y vuelve sobre tus pasos en lo que
enseñas.
8. Enséñale
a aprender de sus errores tanto como de sus éxitos.
9. Ayúdale
a manejar sus emociones y a afrontar las frustraciones.
10.
No le compares ni etiquetes.
11.
Confía en ellos y muéstrales tus mejore
expectativas (positivas y reales) hacia sus aprendizajes y sus
personas.
Trasmite
tu pasión y tu ilusión por lo que enseñas y tu comprensión y afecto hacía ellos
y aprenderán para toda la vida.
Descubrirás también que aprendemos con ellos y también seguimos creciendo gracias a ellos. APRENDER ES CRECER
Descubrirás también que aprendemos con ellos y también seguimos creciendo gracias a ellos. APRENDER ES CRECER
María José Marrodán Gironés
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